Al ver mi calva cabeza,
no me quedo sorprendido.
¡Cuánto cabello perdido!
me da un poco de tristeza.
Yo era un hombre pelucón,
lucía una melena larga,
hoy con experiencia amarga
me he convertido en pelón.
Ayer me miró un felón
de esos sin delicadeza
y se rió con viveza
de mi aspecto de soldado,
y con sorna me ha insultado
al ver mi calva cabeza.
Yo camino sin recelo
porque no soy prejuicioso,
más sí resulto gracioso
cuando me miro sin pelo.
A la comprensión apelo,
parezco foco encendido,
nunca me siento ofendido
cuando me gritan ¡pelado!
y si camino a tu lado
no me quedo sorprendido.
Uno a uno, están cayendo
los cabellos cada día,
miras con melancolía
todos los que estás perdiendo.
Al fin se va comprendiendo
que con el tiempo vivido
muchos hombres han sufrido
de ineludible calvicie
quedando en la superficie
¡Cuánto cabello perdido!
Perdónenme lo que hablo
pero la vida es así,
porque a muchos como a mí
también les gritarán ¡Calvo!
Y de esta, ya no me salvo,
pero tengo la certeza
que aunque calva mi cabeza
mi cerebro sigue bello,
si he perdido mi cabello
me da un poco de tristeza.
Antonio EScobar Mendívez
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