Tú buscabas su boca.
Ella sonreía,
eras un
huracán enamorado,
sin saber
ella estaba en el pecado
y tú ignorabas
que te engañaría.
Era oscura la noche,
se te iba
como pez
de las manos
el pescado
alguna escama
te dejó al costado
para el amor
cual lámpara votiva.
Se esfumó la pasión,
la generosa
solo fue un
espejismo. Deliciosa
solo quedó en
recuerdo. De repente
la aurora te besó
cuando soñabas
y loco de pasión
tú solo hablabas
del beso dibujado
alli en tu frente.
Antonio EScobar Mendívez
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