Desde mi corazón,
mi amor
te mando,
transformado en un mar
de dulce espuma
y una gaviota
con su tierna pluma
llegará con mis besos
aún quemando.
Al posarse en tus labios,
manjar blando,
diluye con mi amor
la intensa bruma
y un suspiro tras otro
se te suma
como un collar
en tu alma
van quedando.
Yo soy el mar
que deja
su blancura
en tu mirada,
tierna melodía,
salpicada de luz
y de dulzura.
Y me quedo contigo
cada día
amando como un loco
tu hermosura
y bebiendo
tu suave sinfonía.
Antonio EScobar Mendívez
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