Dios nos regaló el paisaje
por donde van nuestros pasos,
también nos unió con lazos
perennes, como tatuaje.
Hoy elevo mi homenaje
y la oración del que te ama,
cual trino que se encarama
en el árbol del amor,
me convierto en trovador
cual pajarito en la rama.
Te doy gracias, amor mío,
por dibujarte en mi vida,
eres la rosa querida
y agua clara de mi río.
A tu lado me sonrío,
de amor me embriago contento.
te construyo un monumento
en el pedestal de mi alma
y en la altura de la palma
mis trinos elevo al viento.
Hoy el tiempo nos madura
para olvidar el dolor,
y borrar el sinsabor
que me dio sólo amargura.
Ven y dame tu dulzura,
amor en todo momento,
porque es el gran alimento
para la felicidad,
yo con cariño y bondad
te llevo en el pensamiento.
Estás tan dentro de mí
por los años y los días,
sinsabores y alegrías
han sido flor de alhelí.
Aromas y frenesí
forman nuestro pentagrama.
En el jardín de la calma
pintamos hermoso lienzo,
por eso desde el comienzo
mi corazón te reclama.
Antonio EScobar Mendívez
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