martes, 7 de octubre de 2014

ÁRBOL DE VIDA

Primero         fue semilla delicada,
germinó, dio sus frutos.      Incansable
le crecieron las ramas.  Siempre amable
construyó el amor          en la enramada.
Nunca siente el dolor,       ni encrucijada.
Adora sus polluelos.               En su nido
sus manos son el cielo.        El amor  río
crecido en cauces      de luces y rocío.
Eternidad             su corazón florido.
Por eso eres la luz    de la dulzura,
Amoroso camino,       mar, ribera
Paisaje donde crece la ternura
Acompañada  de la primavera.
Por eso eres Papá mi luz divina
el sol que me acaricia y me ilumina.
Antonio EScobar Mendívez

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