Me miro
en tu mirada. Emocionado
el tiempo me va abriendo
tus ventanas.
No sabes, corazón,
que tengo ganas
de llegar hacia ti,
alucinado. Mis ojos
de tus ojos afanados,
se beben tu dulzura
de manzanas
y escucha tu alma pura
las campanas
sonando su tañer
esperanzado. Cada mañana
tienen las auroras
la brisa cantarina
en tu sonrisa
ola o gaviota
de mi mar amado.
Acurrucada en ti
mi alma te adora
y mi amor, ángel mío,
siempre atiza
el deseo de estar
siempre a tu lado.
Antonio EScobar Mendívez
No hay comentarios:
Publicar un comentario