lunes, 6 de octubre de 2014

APRENDIENDO AMAR AMANDO

¡Padre     mío!
mi      espíritu
encomiendo,
menguaré    tu
dolor,      triste,
humillado,    de
tanta      espina
y               mal a
ti       entregado
e hincado a tu presencia      estoy sufriendo.
MI maldad a tu perdón          estoy cosiendo,
salvaje fui y debo                          ser colgado;
en cambio tú,                 mi mal has aceptado,
arrepentido    a ti,
llego     corriendo.
Estruja mi mirada,
amargo          grito,
en busca  de tu luz
y tu           ternura,
sabiendo      lo que
mi alma    necesita
y mi        cuerpo se
duele de    contrito
por beber    de tus
manos    la dulzura
y el maná que a mi
cuerpo          resucita.
Antonio EScobar Mendívez

No hay comentarios:

Publicar un comentario