Entre tus manos
de sarmiento tierno
tu cabellera
tiene el universo
y la infancia te mira,
su amor terso
se envuelve en el otoño
de tu invierno
ingresa por tus pies,
quizá el infierno
del tiempo
te ha robado
el cielo. Reverso
del ayer
en tus sandalias. Anverso
el piso frío
en un paisaje yermo.
Y la niña conversa.
Tu silencio
es la luz que ella bebe.
Tú meditas
en el pasado
de un futuro anciano.
Un llanto es mi pincel,
Eres silicio
experiencia de oro
en que te agitas
en mi camino,
bello ser humano.
Antonio Escobar Mendívez
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