"Padre, perdónalos
porque no saben
lo que hacen".
Gime el
calvario. Dolor,
Llanto en
el cielo oscuro.
Es el clamor.
Las lágrimas estremecidas caben
en un mar de sorpresas.
La maldad grita severa.
Voces indolentes festejan en las
risas inclementes
de salvajes almas.
Su oscuridad
les hiere más
que el tiempo.
¡Dios Mío!
Perdona al universo
que camina
con la niebla del error
y del pecado.
Cada día es una espada.
Su brío Nos ciega cada vez
y se encamina
A tu costado.
¡Perdona Dios amado!
Antonio EScobar Mendívez
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